DESCÚBRETE A TI MISMO
vez la Luz, pero ni la veo ni sé dónde buscarla. Sonriendo, aquella voz le dijo:
- Hijo mío la luz no se busca, está siempre delante de ti, lo que pasa es que tienes un bosque de árboles entre tú y ella que no te la deja ver.
- ¿Quieres decir que los árboles mentales que tengo no me dejan ver la luz?
- Así es, por lo tanto has de ir talando todos los árboles que están entre tú y la Luz, pues ellos te impiden verla.
Pasado un rato la voz le dijo:
- ¿Cómo vas? El hombre le contestó:
- Voy bien, acabo de talar una gran hilera de árboles que no me dejaban ver la luz, pero aun no la veo, hay otra gran fila de árboles, ¿qué árboles son estos? preguntó el hombre. La voz le contestó:
- Acabo de talar otra gran hilera de árboles que no me dejan ver la luz, pero aun no la veo, hay otra gran hilera de árboles, ¿qué árboles son estos?, preguntó el hombre. La voz le contestó:
-¿Cómo vas? El hombre le contestó:
- Voy bien, ya se ve algo de luz, pero estoy viendo dos últimos árboles, uno es enorme y otro más normal, ¿qué hago ahora con ellos? La voz le dijo:
- Antes de talarlos mira bien que representan dichos árboles. El hombre se concentró y al ir a cortar el árbol más normal, vaciló y rápido fue a consultar a la voz. Exclamó:
- ¡Ese árbol es mi SER, ¿cómo quieres que lo tale? La voz le contestó:
- ¿Cómo vas?
- Ya he talado ese árbol, le contestó. Y la voz le preguntó:
- Sí. Pues entonces sigue, le dijo la voz. Así pues el hombre se puso a talar el último y enorme árbol que no le dejaba ver la Luz. Pero cuando fue a talarlo se dio cuenta lo que representaba el último árbol y fue corriendo a preguntar otra vez a la voz. Súper asustado aquel hombre le dijo a la voz. ¡Madre mía! ¿Tú sabes qué árbol es ese? ¡Es Mi Dios!
- Así es, (le dijo la voz) tálalo también si quieres ver la luz.
- ¿Cómo vas?
- Muy bien ya veo la luz, es preciosa y todo amor, es increíble. Muchas gracias de todo corazón por ayudarme a ver la luz, le dijo el hombre entusiasmado.
- No corras tanto, le replicó la voz, aún no hemos terminado, esa luz que ves es aún un espejismo, tienes que talar el ultimo árbol para poder ver la verdadera Luz.
- ¿Cómo? Dijo sorprendido aquel hombre, yo no veo ningún árbol más.
- Ese es el problema, nunca veis el último árbol, Ese árbol eres tú mismo, y ves la Luz a través de tu árbol, no de ti, tálate tú y veras la luz. Aquel hombre no podría creer lo que estaba oyendo, pero se puso en marcha y taló su propio árbol. Pasado un rato le dijo la voz:
- ¿Cómo vas, ya has visto la Luz? Y aquel hombre con todo amor, paz y felicidad, le dijo a la voz:
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