Había una vez un sabio que para ayudar a su impaciente discípulo, le pidió que con un martillo, rompiera en dos una piedra. El alumno con ilusión por complacerlo y lleno de pasión, se puso a golpear la piedra una y otra vez. Golpeó y golpeó sin ningún resultado hasta que exhausto y frustrado se sentó a descansar junto a la piedra. Al llegar el maestro, sin decir una palabra, cogió el martillo y de un solo golpe partió la piedra en dos. Su alumno desconcertado le preguntó -¿Cómo es posible? Y el sabio contestó -Trabajaste muy bien, pero no sirvió de nada, te diste por vencido cuando faltaba un sólo golpe para romper la piedra.
Si tienes claro lo que quieres, persiste, continúa intentándolo, pero... ¿hasta cuando?
Hasta conseguirlo, por supuesto, que cuando un sueño muera es por que se ha hecho realidad. Si lo vemos como algo real, como algo ya realizado siempre aparecerán las ayudas y los recursos necesarios para que así sea. Me viene a la memoria un relato que leí hace tiempo en el que un niño y su padre estaban sacando unas piedras de su jardín. El niño se empeñó en sacar una gran piedra el solo y le pidió a su padre que no le ayudara, se pasó todo el día intentándolo con todos sus medios, mientras su padre lo observaba desde el balcón. Al cabo de muchas horas de intentos, al ponerse el día el niño fue con lagrimas en los ojos a su padre y le dijo, -Papá es imposible, he hecho todo lo que he podido y no me ha sido posible arrancar la piedra. Su padre le dijo, -No hijo, no has hecho todo lo que podías a lo que el el hijo replicó, -Si papá, hice todo lo que pude, y su padre le contestó, -No hijo, hay una cosa que no hiciste, yo estuve aquí toda la tarde y en ningún momento me pediste ayuda.
Hasta conseguirlo, por supuesto, que cuando un sueño muera es por que se ha hecho realidad. Si lo vemos como algo real, como algo ya realizado siempre aparecerán las ayudas y los recursos necesarios para que así sea. Me viene a la memoria un relato que leí hace tiempo en el que un niño y su padre estaban sacando unas piedras de su jardín. El niño se empeñó en sacar una gran piedra el solo y le pidió a su padre que no le ayudara, se pasó todo el día intentándolo con todos sus medios, mientras su padre lo observaba desde el balcón. Al cabo de muchas horas de intentos, al ponerse el día el niño fue con lagrimas en los ojos a su padre y le dijo, -Papá es imposible, he hecho todo lo que he podido y no me ha sido posible arrancar la piedra. Su padre le dijo, -No hijo, no has hecho todo lo que podías a lo que el el hijo replicó, -Si papá, hice todo lo que pude, y su padre le contestó, -No hijo, hay una cosa que no hiciste, yo estuve aquí toda la tarde y en ningún momento me pediste ayuda.
Nunca estamos solos, el persistir es principalmente un asunto de disciplina mental, todo el esfuerzo que tenemos que realizar es mental; y si para completar nuestro sueño necesitamos ayuda, esta aparecerá en el momento que menos lo esperamos. Nuestros miedos son solo una falsa ilusión que nunca se suele cumplir en la vida real, pero son los responsables de que abandonemos a un solo golpe de partir la piedra en dos. Si persistimos con confianza, todo, todo, todo es posible.
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