Convivimos en una sociedad en la que las personas culpan a todos, desde sus padres hasta el gobierno por su incapacidad de salir adelante, el asumir una actitud de víctima es un grave error y la salida más fácil, ya que si no eres responsable, tampoco puedes hacer nada para cambiarlo. Un ser despierto rehúsa asumir cualquier actitud de víctima que exista, y por el contrario asume su responsabilidad por lo que ocurre en su propia vida afirmando "Todo mi futuro, toda mi vida depende únicamente de mí, por lo tanto, haré los ajustes necesarios para que se manifieste en mi vida".
Si hasta ahora hemos vivido nuestras vidas según la opinión que otros tienen de nosotros, es importante recordar que la opinión de otro no tiene porque convertirse en nuestra realidad, a no ser que nosotros lo permitamos. Debemos asumir la responsabilidad de que nada externo tenga el control sobre nuestras vidas. Al asumir nuestra responsabilidad, empezamos a forjar nuestra realidad día a día mediante nuestras decisiones conscientes, ejecutadas por medio de nuestra voluntad de cambiar.
Voy a explicarte hoy cómo funciona otra de las leyes universales, la Ley del Menor Esfuerzo. Es la favorita de muchos pero a veces es la que más cuesta porque estamos acostumbrados a hacerlo todo con esfuerzo y lucha. Los pájaros no se esfuerzan por volar, sencillamente vuelan; los peces no luchan por nadar, sencillamente nadan; las estrellas no intentan brillar, sencillamente brillan. Sólo los humanos empujamos, luchamos e intentamos hacer las cosas. El universo no funciona de esta manera y como todos formamos parte del universo tenemos que empezar a reprogramar nuestras creencias para vivir en sintonía con el universo. No se trata de no hacer nada, sino de no nadar contracorriente, el universo manifiesta todo lo que tu crees, siempre te entrega todo lo que le pides, pero le tienes que permitir que lo haga a su manera, utilizando todas tus energías en fluir con las señales que te muestran el camino.
Hay muchas creencias que van en contra de esta “ley del menor esfuerzo”. Desde pequeños oímos que "la vida es dura", "si queremos conseguir algo tenemos que luchar", “el que quiere llegar a la cima que suba y suba", "ganarás el pan con el sudor de tu frente", "el que algo quiere algo le cuesta". Todas estas expresiones indican lucha y sufrimiento y si eso es lo que sentimos es que estamos nadando contra corriente. Nunca nos tenemos que quedar quietos, ya que el universo entero es movimiento y vibración, pero si lo que hacemos implica sufrimiento es que algo falla entre la declaración de nuestros objetivos y nuestras creencias subconscientes. La ley del menor esfuerzo se practica a través de la aceptación, aceptar (en reconocimiento de nuestro poder y responsabilidad) lo que nos ocurre en el momento presente y se activa a través de no defender nuestro punto de vista, no querer siempre tener la razón y escuchar la voz de nuestra alma en las, a veces irritantes señales del camino.
Te voy a poner un ejemplo: Imagina que estás en una panadería esperando por más de media hora y justo antes de que te atiendan se acaba el pan. Puedes estar seguro que en tu interior estabas pensando que al final te quedarías sin pan, y tú lo creaste, pero en lugar de aceptar tu creación empiezas a protestar, a renegar y a reprochar el mal servicio del establecimiento; empezamos a gastar nuestra energía renegando de un suceso que creamos y que no aceptamos, en lugar de retirarnos y utilizar nuestra energía en crear/busca/elegir una solución. Si tomamos atención consciente de los sucesos y acontecimientos diarios y los aceptamos, de manera natural surgirán soluciones debido a que nuestra energía fluye en sintonía con el universo. Estaremos fluyendo con la corriente de nuestro rio de pensamientos que nos lleva al mar de nuestra libertad y realización.
Te aconsejo que te acostumbres a tomar las situaciones imprevistas del día como oportunidades para conocer tus más íntimos pensamientos subconscientes, para conocerte a ti mismo y conocer las creencias que hay en ti, y que están creando tu día. Durante el día en muchas ocasiones gastamos energía defendiendo nuestro punto de vista, sin querer aceptar que cada persona que se cruza en nuestra vida nos está enseñando algo acerca del camino que tenemos que seguir. Gastamos nuestra energía discutiendo y peleando sobre cualquier tema, sin darnos cuenta, que en ese juego de discusiones perdemos energía que nos sería útil en la atención a nuestro presente y en enfocar y mantener nuestras intenciones. Utiliza el tiempo físico a tú favor, como un estímulo para enfocar tus metas con mayor atención, pasión y dedicación, pero sin lucha, recuerda que tú también puedes comenzar a hacerlo todo a partir de este mismo momento. Hoy empieza el resto de tu vida.
Practica la aceptación. Acepta las situaciones, las cosas y las personas como son. Luego, te invito a practicar la indefensión; renuncia por un tiempo determinado a defender tu punto de vista y ábrete a escuchar, entender y ver las señales de tu alma en los modos de pensar de las personas con quienes te relacionas, piensa que todo es perfecto. La famosa frase "Los caminos del señor son inescrutables" nos recuerda que conseguiremos nuestros deseos más profundos, pero no de la manera que quizá imaginamos. Observa diariamente cómo funciona el universo, cómo los pájaros cantan sin pedir permiso, cómo amanece día tras día, cómo el sol brilla y nos ilumina sin esfuerzo; de esa misma manera y sin pedirle permiso a nadie, tienes la capacidad de ser feliz y exitoso.
Empieza a crear tú presente, toma tú tiempo para descubrir y crear tu destino. Mantén tu atención permanentemente en el camino que te indique tú corazón. Da el primer paso, ten la suficiente disciplina para sentir tus emociones e ir haciendo esos pequeños ajustes que te mantendrán en la corriente de tú vida, la felicidad y el éxito no son una cuestión de azar. Sé desde este instante mágico el arquitecto de tu destino, no continúes robándote a ti mismo y a los tuyos. Otórgate el regalo de empezar a disfrutar tu éxito, te lo mereces... Empieza ya, porque hoy es el mejor día de tu vida y tu personaje es el hijo predilecto del Creador que hay en ti, esa chispa divina que siempre te dice lo que el genio a Aladino "Tus deseos son ordenes mi amo". Decide poner en práctica La Ley del Menor Esfuerzo y espera tener una hora, un dia, una semana, un mes, una vida exitosa y la tendrás. Porque, como es tu deseo es tu voluntad, de acuerdo a tu voluntad fluyes y mueves tu timón, para perseverar contra viento y marea, para ser completo y feliz.
Jose Ramón: Me gusta mucho tu estilo y la simpleza con la cual explicas algo tan cotidiano y que nos ha pasado alguna vez a cada uno de nosotros. Tu artículo es muy útil para que la gente despierte a esta realidad real y no se quede en la irreal. Muy bueno. Espero leer más de tu pluma literaria
ResponderEliminarUn abrazo
Esther Coronel de Iberkleid
http://healingandcoachingwithesther.blogspot.com/
Me gusto mucho en verdad me la llevo como regaloy aprendizaje
ResponderEliminarCarolina
Resuena elevando mis vibraciones positivas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Muchas gracias Indiaire, por visitarme y participar :-) mis mejores deseos
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